Entrevista a a Nacho Domínguez Adame

La arquitectura y la tecnología avanzan rápido. Una de las tendencias con mayor evolución es la impresión 3D. Hablamos con Nacho Domínguez Adame, arquitecto y profesor especializado en este campo. ¿Cuáles son los retos de la impresión? ¿qué ventajas ofrece? Nos lo cuenta.

 

¿Por qué te decidiste por la Arquitectura? ¿Siempre lo has tenido claro? ¿cómo fue el paso de la universidad al mundo laboral?

Creo que es algo que viene desde pequeño porque mi padre era Arquitecto Técnico, mis tíos ingenieros y creo que sin ningún tipo de presión sí había un campo de cultivo para que me interesara. Me decidí firmemente por la Arquitectura tres o cuatro años antes de comenzar la carrera aunque es verdad que desconocía la complejidad que abarca el término Arquitectura. Esta situación se prolongó los primeros años de carrera. He de reconocer que me aferraba a una concepción más clásica sobre qué era Arquitectura pero entre el segundo y tercer año hubo un punto de inflexión: conocí a una serie de compañeros, profesores y estudiantes, que son los que  me ayudaron a ampliar el significado. Recuerdo las clases con Antonio Sáseta, Jose Pérez de Lama, Paco Márquez y esa sensación de que existían muchas más maneras de hacer o afrontar la Arquitectura, de repente el paraguas de la práctica arquitectónica era mucho más amplio.

 

[Tweet «“Existen muchas maneras de hacer o afrontar la Arquitectura. La práctica es mucho más amplia”»]

 

En mi caso el paso de la universidad al mundo laboral lo di a final del segundo año de carrera. En 2001 había poca gente que hiciera modelos 3D e infografía de arquitectura y fue una manera de comenzar a trabajar. Me llamaron para un concurso y al final me quedé casi 4 años en ese estudio.

 

Tu experiencia abarca muchos aspectos: papel, arquitectura e impresión 3D ¿qué es lo que más te gusta?

¡Mezclarlo todo! Creo que la riqueza está en ir integrando los campos y las técnicas que te interesen. Muchas veces al final de mis cursos de Diseño 3D los alumnos me preguntan: “¿y tú cómo comienzas un proyecto/diseño?”. La respuesta es siempre la misma: “En papel, dibujando mucho sobre papel”. El dibujo a mano sobre papel para mí tiene todavía un grado de libertad o desinhibición que no encuentro en la pantalla de un dispositivo digital. Siempre comienzo a trabajar con mucho bocetaje general y detalles donde intento resolver o imaginarme zonas singulares del proyecto. El salto a lo digital en mi caso siempre viene en un segundo paso que implementa la parte más analógica.

[Tweet «“El dibujo a mano, sobre papel tiene un grado de libertad que no encuentro en la pantalla digital”»]

 

 

A partir del 2008, la construcción sufrió un revés en nuestro país ¿te afectó como arquitecto?

Ese revés que comentáis, que cristalizó en 2008, venía fraguándose desde hace años y realmente afectó a muchos compañeros. En particular a mí me impactó de una manera diferente porque en esa época en el estudio habíamos dado un paso hacia diseño y producción de exposiciones que era un campo en el que podíamos aplicar de manera mucho más rápida y ágil las primeras investigaciones sobre fabricación digital. Por supuesto nos alcanzó porque la crisis se extendió a casi todos los ámbitos, los presupuestos destinados a cultura se vieron afectados y en cuestión de un par de años la reducción casi paralizó todo.

 

Desde 2012 has orientado tu carrera a la impresión 3D y la realización de prototipos ¿por qué decidiste cambiar?

No estoy seguro si fue cambio o evolución. De pequeño crecí en un ambiente donde gustaba mucho construir, en todos los aspectos, incluso teníamos un taller en casa. Durante la carrera tuve la oportunidad de trabajar mientras estudiaba y fui adquiriendo un poco más de perspectiva sobre los procesos y tiempos en la arquitectura. Desde 2007 he trabajado con diseñadores gráficos, publicistas, diseñadores industriales y eso ha activado nuevas inquietudes. Sin duda un hecho fundamental fue la puesta en funcionamiento en 2008 de FabLab Sevilla, el Laboratorio de Fabricación Digital de la E.T.S.A. Sevilla. Allí me dieron y me siguen dando la oportunidad de probar y experimentar el mundo de la fabricación digital.

 

Radarq.net es otro proyecto en el que trabajas ¿cómo lo definirías? ¿cuáles son vuestros objetivos?

Paco González y yo lo definimos como un estudio de geometría variable. En función de la naturaleza del proyecto buscamos integrarnos con otros profesionales de la arquitectura u otras disciplinas para ampliar o modificar la capacidad de respuesta. Desde Radarq.net intentamos explorar los procesos de diseño colaborativo y su impacto en la ciudad mediante técnicas de participación, diseño y el concepto open source.

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¿Cuáles crees que son las posibilidades que aún no se conocen de la impresión 3D?

Como tecnología está en constante evolución, especialmente en la época actual donde estamos hablando de grandes avances técnicos a veces en cuestión de menos de un año. Creo que a día de hoy, hay un trabajo por hacer muy importante que es el de explicar las posibilidades que ya ofrece la impresión 3D. Esa creo que es la base para que una comunidad mucho mayor amplíe las posibilidades de la impresión 3D. En el fondo no deja de ser una herramienta, fascinante por supuesto, pero lo importante es lo que hagamos con ella.

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¿Cuál ha sido el proyecto más complicado técnicamente de sacar adelante?

Como producto, la Taza Xpress por la complejidad a la hora de controlar el diseño y los condicionantes para su fabricación. En esa época era un material de fabricación en fase Beta y controlar los espesores fue un reto del que aprendí muchísimo.

En el campo de la arquitectura efímera con Radarq.net, la exposición de 2009 Over The Game fue una oportunidad de poner en práctica el diseño paramétrico en la creación de una escenografía con materiales como el cartón y el MDF. Ambos proyectos marcaron claramente mi manera de afrontar la fase de diseño y la resolución técnica.

 

¿Cómo crees que la impresión 3D encara el futuro? ¿Crees que con el tiempo, podremos llegar a tener en casa una impresora 3D?

Se ha escrito bastante sobre eso; podría ser que una impresora llegara a consolidarse como un electrodoméstico más en casa pero no estoy seguro si es necesario, al menos con el concepto de impresora 3D que tenemos hoy en día. Para mí tener una, significa capacidad y libertad para diseñar y fabricar, para prototipar o resolver necesidades muy específicas. Si el uso principal es reproducir piezas o imprimir modelos 3D de un repositorio no sé si sería necesario tener cada uno una máquina así en casa.

[Tweet «»No estoy seguro si es necesario tener una impresora 3D en casa. Su objetivo es resolver necesidades específicas”»]

 

¿Cuáles son los materiales con los que prefieres trabajar?

En principio madera y metal porque admiten el uso de técnicas manuales y de fabricación digital (CNC, láser, etc.). Si hablamos de impresión 3D por regla general he trabajado con derivados plásticos, aunque es verdad que he sacado algunos modelos de joyería directamente impresa en acero.

 

Has trabajado como docente en diferentes cursos sobre impresión ¿cuáles son los retos más complejos a los que los alumnos deben enfrentarse?

Cada vez que trato el campo de la fabricación digital y las técnicas de prototipado rápido, sea con arquitectos, ingenieros, artistas o simplemente interesados en la materia, siempre me gusta comenzar el curso diciéndoles que “no es tan difícil como parece ni tan fácil como nos dicen”. El reto principal lo encuentro en que comprendan que es importante identificar y conocer los límites de una técnica de fabricación como la impresión 3D y que desde ese punto lo conviertan en una ventaja a la hora de diseñar, que integren esos condicionantes como un parámetro más.

 

Se usa cada vez más la impresión para grandes proyectos. ¿Qué tipo de proyecto te gustaría llevar a cabo, que fuera enteramente impreso?

Creo que todavía no hay tecnología para hablar de proyectos enteramente impresos, o son investigaciones en fases iniciales. Me inclino, por ahora, a pensar en la integración de materiales y técnicas. Sí es verdad que veo mucho potencial en las investigaciones aplicadas a proyectos en zonas que han sufrido alguna catástrofe, como ha hecho Shigeru Ban y sus proyectos de refugios para damnificados.

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Más allá del trabajo de “oficina”, la esfera digital también se trabaja. Las redes sociales son un medio de difusión esencial para arquitectos y diseñadores. ¿Cómo les sacas partido? ¿cuál es tu red social favorita?

Sin duda las redes sociales digitales han sido fundamentales para mi formación en los campos que desarrollo. Gracias a ellas he tenido acceso a la obra de artistas que por medios más convencionales no era posible. Diseñadores y arquitectos que no aparecían en los medios habituales de consulta. De la misma manera, me han facilitado acceder a artículos científicos, documentación técnica y manuales. También me han ayudado a entablar contacto con profesionales de otros países. En la actualidad la mayor parte de la actividad en RRSS la llevo a cabo en Instagram por la facilidad de compartir contenido gráfico, que es la base de mi producción, aunque es verdad que he pasado por Twitter, Tumblr, Flickr, etc.

[Tweet «“Las redes sociales me han facilitado acceder a material y establecer contactos con profesionales”»]

 

De cara a este año 2018, ¿hay algún proyecto que nos puedas adelantar?

Acabamos de lanzar públicamente el proyecto aGoGo Studio Es una iniciativa puesta en marcha con Muriel Romero Sánchez donde intentamos integrar diseño, artesanía y fabricación digital (corte CNC, láser e impresión 3D).