Casa Nautilus: Bioarquitectura por Javier Senosiain

CASA-NAUTILUS-MEXICO

Casa Nautilus: Bioarquitectura por Javier Senosiain

La bioarquitectura tiene en cuenta el medio ambiente desde la evaluación del lugar y los materiales hasta la funcionalidad y la eficiencia.

¿Es posible construir un edificio sin una sola línea recta, perpendicular o paralela? El arquitecto Javier Senosiain (Ciudad de México, 1948) demuestra en la Casa Nautilus cómo crear una vivienda basada en leyes y proporciones naturales que promueve la armonía entre el ser humano y su medio ambiente.

La arquitectura orgánica, que representa la Casa Nautilus, se basa en generar una secuencia de experiencias acogedoras cuando los habitantes recorren el interior de esta vivienda con planta de caracola. Las personas, dentro la Casa Nautilus, sienten que se encuentran en el seno de un organismo viviente o una cueva natural, donde ni muros ni suelos, ni plafones son paralelos.

Javier Senosiain y la arquitectura orgánica. La Bioarquitectura

Egresado de la facultad de arquitectura por la UNAM en 1972, las principales influencias en el estilo del mexicano son los maestros Frank Lloyd Wright, Friedensreich Hundertwasser y Antonio Gaudí. Javier Senosiain desempeña durante su carrera labores de investigación, docencia y divulgación, con sus libros: Bioarquitectura: En busca de un espacio (1988) y Arquitectura Orgánica (2008).

El trabajo de Senosiain se basa en una arquitectura apegada a las leyes y proporciones presentes en el mundo natural. La arquitectura orgánica deriva del funcionalismo arquitectónico y busca armonizar el entorno humano y el medio ambiente.

Análisis de la Casa Nautilus

El nautilus es un molusco cefalópodo que puebla los mares desde la era de los dinosaurios y hoy se considera un fósil viviente; la elegante espiral logarítmica de su concha inspira la planta de la vivienda. Para obtener rigidez estructural de forma natural, el edificio reproduce, en forma y volumen, la forma toral continua con doble curvatura de las caracolas.

La Casa Nautilus se edifica en el Municipio de Naucalpan de Juárez, Estado de México, como residencia de una pareja con dos hijos. El proyecto original en maqueta se modifica hasta conseguir armonizar la forma deseada con el espacio disponible en el predio, los desniveles del terreno y las necesidades de los habitantes. La casa se encuentra rodeada por edificaciones altas, excepto en su cara oeste, que permite una visual de un paisaje montañoso (circunstancia que tiene en cuenta el arquitecto en la zonificación de la vivienda).

Material constructivo de la Casa Nautilus

Las formas sinuosas de la envolvente de Casa Nautilus resultan posibles gracias al ferrocemento. Se trata de un mortero especial de arena, cemento y agua que se vierte sobre un esqueleto de varilla de 3/8 de pulgada que se arma radialmente en espiral. La red de acero se recubre por dos mallas metálicas de gallinero en el interior y el exterior, para recibir una fina capa de concreto de un máximo de 5 cm de espesor.

El ferrocemento es un material sismorresistente, fácil de mantener y más ligero que las paredes de ladrillo, hasta el punto de suprimir la necesidad de pilares o muros de carga. En la Casa Nautilus desaparecen las divisiones internas entre las habitaciones de las zonas comunes. Javier Senosiain utiliza las curvas sinuosas de ciertos muros para originar espacios privados en los dormitorios, la cocina y los baños de la planta baja.

Distribución de la Casa Nautilus

La Casa Nautilus se edifica al final de la parcela para que el visitante llegue al acceso principal tras recorrer el jardín exterior. En la entrada destaca un vitral policromado que proyecta luz coloreada en la pared interior. Cuando se franquea la puerta, el visitante transita sobre un camino de piedra natural que atraviesa un jardín interior con parterres integrados en el suelo. Esta red de caminos pétreos dirige hacia los diferentes ambientes de la casa.

El recorrido se plantea como una sucesión de sensaciones que se experimentan de forma secuencial siguiendo la espiral de la planta del edificio. El viaje incluye la cuarta dimensión al dirigir al visitante hacia la planta superior a través de una escalera de caracol. El interiorismo se basa en elementos naturales, formas orgánicas y mobiliario diseñado a medida para integrarse en la casa.

La Casa Nautilus dispone de ventilación ecológica gracias a dos conductos enterrados que comunican el interior y el exterior y generan un flujo entre el aire caliente y el frío. La corriente de aire sigue la espiral de caracol para refrescar la casa en los meses cálidos, y evacuar el aire gélido en los meses fríos.

Conclusión

El diseño biomimético de la Casa Nautilus trasciende la simple reproducción de las formas naturales y se adentra en comprensión profunda de las reglas que rigen esas formas. Este paradigma de diseño integra los edificios y el mobiliario con el entorno para convertirlos en una obra única, una composición unificada y correlacionada.

El concepto bioarquitectura engloba toda la arquitectura que busca establecer unas relaciones equilibradas entre lo construido, el medio ambiente, el entorno y las personas. A nivel constructivo, se intenta dar la mejor repuesta y uso a los recursos energéticos del lugar, con el fin de  generar el menor impacto sobre el medio ambiente.

La figura del Bioarquitecto se convierte en una figura crucial en la construcción de espacios de vida con una conciencia medioambiental muy determinada.